viernes, 27 de diciembre de 2013

Nochebuena y Navidad.

Estos días sin colegio están siendo un poco estresantes. Judith tiene la rutina trastocada, se aburre en casa, está más nerviosa, más desobediente... y por lo tanto podréis imaginaros como estoy yo. Creo que el ambiente navideño la tiene así. Cada día me pregunta cuando van a llegar los Reyes Magos, cada vez que sale un anuncio en televisión de juguetes se pone como loca a chillar diciendo que lo quiere, se vuelve loca viendo las luces de navidad en la calle.

El martes fue Nochebuena y la pasamos en familia. Desde que ella nació estas dos noches especiales del año (Nochebuena y Nochevieja) las pasamos juntos mi novio, ella y yo, por lo tanto nos tenemos que dividir entre las dos familias. El año pasado cenamos en Nochebuena con la familia de mi pareja, por lo que este año tocaba cambiar. No es una noche que me entusiasme demasiado porque siempre se echa de menos a aquellos que no están y se respira un poco de hipocresía entre los familiares que nunca se llevan bien y se ven obligados a cenar juntos ese día. Pero este año ha sido genial. Cenamos con mis tíos, mis primos y mis padres y me encantó vernos rodeadas por gente que de verdad nos quiere, ella estaba en su salsa. Comió mucho, fue el centro de atención toda la noche y disfrutamos todos, que al fin y al cabo eso era lo importante.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Primeras notas de Judith y fiesta de Navidad.

Ya estamos otra vez en Navidad. Esta época del año cuando empecé a crecer dejó de gustarme tanto, no le ponía tanta ilusión como cuando era niña, pero desde que Judith llegó toda mi ilusión a vuelto de golpe. Estas navidades pasadas ella no se ha enterado de mucho, este año no recuerda casi nada del año pasado, pero ahora empieza lo mejor.
Está muy ilusionada con ver la casa decorada, las calles llenas de luces, ha escrito la carta a los Reyes Magos y cada vez que ve un juguete que le gusta me pregunta si puede pedirlo a los Reyes. Con un niño en casa es imposible no ponerle ganas a la Navidad. Sus caras de ilusión y felicidad en estas fechas son increíbles y nos acaban contagiando el espíritu navideño que cada año hemos ido perdiendo poco a poco los adultos.
 
Hace un par de semanas la ayudamos a escribir la carta a los Reyes, catálogo de juguetes en mano. Cuando acabamos la echamos al buzón. Si hubierais visto su cara en ese momento...¡estaba muy ilusionada! Por fin los Reyes Magos iban a saber lo que ella quería. Dice que a los niños buenos les regalan "juguetes y carbón", y que a los niños malos le regalan "carbón y una piedra negra". No sé que pensará ella que es el carbón entonces jajaja.
Todas las mañanas mientras ella desayuna y yo me estoy terminando de arreglar para llevarla al colegio se produce la misma conversación:

jueves, 12 de diciembre de 2013

Casi 4 años después.

Hace casi 4 años desde aquel día en el que me enteré que mi vida iba a cambiar para siempre. 4 años de nervios, emociones nuevas, alegrías, llantos, decepciones, sonrisas y amor, mucho amor. 4 años desde que ese test de embarazo me dijo que yo, una adolescente de 17 años, iba a ser madre. MADRE. Qué palabra tan grande para alguien como yo en ese momento.

Siempre había imaginado estudiar una carrera que me gustase, ir a viajes, casarme con mi novio y por último tener hijos. Nunca pensé que todo no iba a salir así. No imaginaba que iba a acabar de estudiar embarazada, que iba a entrar en la universidad con un bebé de un mes, que tantas amigas iban a darme de lado, que no podría vivir con mi novio, que todo iba a ser tan difícil.

Cuando miro atrás sé que si no hubiera tomado la decisión de tener a mi hija mi vida hubiera sido completamente diferente.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Seguimos hacia adelante.

Este año está a punto de acabar y el año 2013 ha sido, como todos los anteriores, un año de avances y novedades para Judith. Los Reyes fueron más especiales que los anteriores. Ella era más grande, entendía algo más. Fue con los abuelos a ver la cabalgata y le encantó. Se infló de coger caramelos y no quería que aquello se acabara. A la mañana siguiente, al ver los regalos, su cara lo decía todo...Gracias a ella las navidades volvían a tomar color.
En febrero se volvió a disfrazar en la guardería. Si os contaba aquí que el disfraz del año pasado era de abeja, este año el elegido fue de chinita.
Fuimos a comprar el disfraz los tres juntos y tras mucho mirar, remirar y volver a mirar nos decidimos por ese. Tengo una niña exquisita en cuanto a gustos se refiere y nos costó encontrar uno que a ella también le gustara.