miércoles, 22 de enero de 2014

Mientras duerme.

Antes de ser madre leía que una de las mejores cosas que hay es mirar a tu hijo mientras duerme. Pensaba que era una chorrada...total, ¿qué tenía eso de emocionante? Ahora os digo que desde la primera vez que vi a Judith dormida hasta hoy, casi 4 años después, me sigue transmitiendo los mismos sentimientos. Es algo indescriptible, muy difícil de explicar.
Ver a tu propio hijo dormir es una de las mejores cosas que existen. Desde el 24 de agosto del 2010, antes de ir a la cama, me encanta mirar a mi hija. Me intento imaginar lo que estará soñando, ¿qué soñará una niña de 3 años? Me encantaría saberlo. Si pudiera no me importaría estar un ratito en su mente: pensar como ella, entender las cosas como ella lo hace, verlo todo desde su perspectiva de la vida, sin malos recuerdos, sin preocupaciones, sin maldad...sólo inocencia, esa inocencia que sólo los niños son capaces de tener y que con el paso de los años acaban perdiendo por mucho que no nos guste.

martes, 14 de enero de 2014

Choque con la realidad.

Aunque ya haya  pasado bastante tiempo desde que tuve depresión postparto, me apetece contarlo en el blog por si hay alguien que está pasando por ella. Es una de las cosas más normales de las recién mamás.

Recuerdo las primeras semanas de vida de Judith como...complicadas. Cuando vamos a ser madres primerizas tendemos a tener la maternidad demasiado idealizada, pensamos (por lo menos yo sí) que va a ser todo sencillo, que el recién nacido va a dormir perfectamente, que nos dejará descansar y recuperarnos del parto y que no nos afectará en nuestro estado de ánimo cuando no pare de llorar y no sepamos qué le pasa. Siempre me decían que los primeros meses eran duros, tienes que acostumbrarte a tu hijo, a sus rutinas, a tu nueva vida...pero yo siempre pensaba que exageraban. No podía ser tan difícil.

Ya os conté aquí lo mal que lo pasamos la primera noche de vida de la pequeña: mi novio se durmió después de tantos días en el hospital casi sin pegar ojo y no se enteró de nada, Judith no paraba de llorar, y yo estaba muy cansada sin saber casi qué hacer. Cuando salí del hospital y llegué a casa pensaba que todo mejoraría, que eso solo había sido un mal comienzo...pero no fue del todo así.

lunes, 6 de enero de 2014

¡¡Ya pasaron los Reyes por aquí!!


Ya está, ya han llegado. Los Reyes se han acordado este año de nosotras y hemos debido de ser muy buenas porque han venido cargaditos de regalos. Judith anoche no era muy consciente de lo que iba a pasar hoy, el año pasado era muy pequeña y no se acordaba de nada.

El día de reyes empezó genial. Nos levantamos tarde como todas las vacaciones...vaya hija más dormilona me ha salido. Después de comer se fue con los abuelos paternos a ver la cabalgata de los Reyes y yo aproveché a hacer las últimas compras. En realidad sólo tenía comprado lo de Judith...soy especialista en dejarlo todo para el último momento. Por suerte no había tanta gente en el centro comercial como esperaba, así que acabé de comprar todo bastante rápido.

Cuando Judith llegó de la cabalgata me contó emocionadísima que había visto a Melchor, Gaspar y Baltasar, a camellos cargados de regalos y me enseñó una bolsa llena de caramelos. Venía muy contenta. Tras ver un rato la televisión y cenar tocaba dormirse. Justo antes de ir a la cama le preparamos a los Reyes una bandeja con 3 vasos de leche, mantecados, y agua para los camellos. Deben reponer fuerzas entre casa y casa.

miércoles, 1 de enero de 2014

¡¡Ya estamos en el 2014!!

Me parece increíble lo rápido que ha pasado el tiempo. Ya hemos entrado en otro año, un año más de vivencias. En estas fechas siempre me gusta hacer balance, fijar la vista atrás por unos momentos y darme cuenta de todo lo que podemos aprender en un año. 365 días dan para mucho.

El 2013 no ha sido uno de mis mejores años, es verdad que los momentos buenos han superado por mayoría a los momentos malos, pero hay veces que puede más la intensidad que la cantidad, y en el 2013 ha habido momentos malos bastante intensos. Pero no puedo pensar así, no puedo empezar un año nuevo lamentándome de todo lo malo que me ha pasado, debo ser positiva, darle una patada a todo aquello que me ha hecho pasarlo mal y recordar todas las cosas buenas que han ocurrido.

Ha sido un año más junto a mi pequeña: la he visto crecer, reírse, aprender, ser feliz, convertirse día a día en una niña más mayor, ha dejado atrás la guardería y ha pasado al "cole de mayores", nos hemos reído juntas muchísimo, y con todo eso debo de quedarme. También ha sido un año muy feliz junto a mi pareja, aunque hayamos tenido nuestros bajones siempre hemos sabido sacarnos a flote el uno al otro, y es que es increíble como con solo una mirada podemos llegar a decirnos tanto. Cada día que pasamos juntos me demuestra lo gran padre que es, y eso me encanta.