Casi 4 años después.

Hace casi 4 años desde aquel día en el que me enteré que mi vida iba a cambiar para siempre. 4 años de nervios, emociones nuevas, alegrías, llantos, decepciones, sonrisas y amor, mucho amor. 4 años desde que ese test de embarazo me dijo que yo, una adolescente de 17 años, iba a ser madre. MADRE. Qué palabra tan grande para alguien como yo en ese momento.

Siempre había imaginado estudiar una carrera que me gustase, ir a viajes, casarme con mi novio y por último tener hijos. Nunca pensé que todo no iba a salir así. No imaginaba que iba a acabar de estudiar embarazada, que iba a entrar en la universidad con un bebé de un mes, que tantas amigas iban a darme de lado, que no podría vivir con mi novio, que todo iba a ser tan difícil.

Cuando miro atrás sé que si no hubiera tomado la decisión de tener a mi hija mi vida hubiera sido completamente diferente.
No habría tenido tantas preocupaciones, podría haber seguido mirando por mi antes que por nadie más, este año posiblemente me graduaría en la Universidad, mi cuerpo no habría cambiado y mi vida habría sido mucho más fácil. Pero ahora la miro a ella, y no me imagino mi vida sin esa sonrisa de traviesa, sin esos "te quiero mami, eres "precioza"", sin esos besos llenos de babas, sin esa cara, sin ella. Si ella no hubiera venido hace 4 años no sabría lo que es querer a alguien de la forma más pura, más sincera y más incondicional que existe. No tendría a nadie que con solo un abrazo me hiciera olvidarme de todos mis problemas, de todo lo malo que ocurra alrededor.

Por esas y muchísimas cosas más si yo pudiera regresar al pasado volvería a tenerla sin dudarlo ni un instante. Mi vida sin ella sería vacía, me faltaría una parte muy importante. Nada tendría sentido.
Cada vez que la miro veo un pedacito de mí, una personita a la que debo proteger, dar cariño, amor, educar, ayudarla a crecer tan bien como hasta ahora...Quiero que el día de mañana la mire y pueda sentirme orgullosa de ella. De todo lo que hemos logrado en estos años juntas.

Judith, gracias por existir, gracias por convertirme en la persona que soy hoy. No te puedes imaginar cuánto te quiero pequeña.