viernes, 27 de diciembre de 2013

Nochebuena y Navidad.

Estos días sin colegio están siendo un poco estresantes. Judith tiene la rutina trastocada, se aburre en casa, está más nerviosa, más desobediente... y por lo tanto podréis imaginaros como estoy yo. Creo que el ambiente navideño la tiene así. Cada día me pregunta cuando van a llegar los Reyes Magos, cada vez que sale un anuncio en televisión de juguetes se pone como loca a chillar diciendo que lo quiere, se vuelve loca viendo las luces de navidad en la calle.

El martes fue Nochebuena y la pasamos en familia. Desde que ella nació estas dos noches especiales del año (Nochebuena y Nochevieja) las pasamos juntos mi novio, ella y yo, por lo tanto nos tenemos que dividir entre las dos familias. El año pasado cenamos en Nochebuena con la familia de mi pareja, por lo que este año tocaba cambiar. No es una noche que me entusiasme demasiado porque siempre se echa de menos a aquellos que no están y se respira un poco de hipocresía entre los familiares que nunca se llevan bien y se ven obligados a cenar juntos ese día. Pero este año ha sido genial. Cenamos con mis tíos, mis primos y mis padres y me encantó vernos rodeadas por gente que de verdad nos quiere, ella estaba en su salsa. Comió mucho, fue el centro de atención toda la noche y disfrutamos todos, que al fin y al cabo eso era lo importante.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Primeras notas de Judith y fiesta de Navidad.

Ya estamos otra vez en Navidad. Esta época del año cuando empecé a crecer dejó de gustarme tanto, no le ponía tanta ilusión como cuando era niña, pero desde que Judith llegó toda mi ilusión a vuelto de golpe. Estas navidades pasadas ella no se ha enterado de mucho, este año no recuerda casi nada del año pasado, pero ahora empieza lo mejor.
Está muy ilusionada con ver la casa decorada, las calles llenas de luces, ha escrito la carta a los Reyes Magos y cada vez que ve un juguete que le gusta me pregunta si puede pedirlo a los Reyes. Con un niño en casa es imposible no ponerle ganas a la Navidad. Sus caras de ilusión y felicidad en estas fechas son increíbles y nos acaban contagiando el espíritu navideño que cada año hemos ido perdiendo poco a poco los adultos.
 
Hace un par de semanas la ayudamos a escribir la carta a los Reyes, catálogo de juguetes en mano. Cuando acabamos la echamos al buzón. Si hubierais visto su cara en ese momento...¡estaba muy ilusionada! Por fin los Reyes Magos iban a saber lo que ella quería. Dice que a los niños buenos les regalan "juguetes y carbón", y que a los niños malos le regalan "carbón y una piedra negra". No sé que pensará ella que es el carbón entonces jajaja.
Todas las mañanas mientras ella desayuna y yo me estoy terminando de arreglar para llevarla al colegio se produce la misma conversación:

jueves, 12 de diciembre de 2013

Casi 4 años después.

Hace casi 4 años desde aquel día en el que me enteré que mi vida iba a cambiar para siempre. 4 años de nervios, emociones nuevas, alegrías, llantos, decepciones, sonrisas y amor, mucho amor. 4 años desde que ese test de embarazo me dijo que yo, una adolescente de 17 años, iba a ser madre. MADRE. Qué palabra tan grande para alguien como yo en ese momento.

Siempre había imaginado estudiar una carrera que me gustase, ir a viajes, casarme con mi novio y por último tener hijos. Nunca pensé que todo no iba a salir así. No imaginaba que iba a acabar de estudiar embarazada, que iba a entrar en la universidad con un bebé de un mes, que tantas amigas iban a darme de lado, que no podría vivir con mi novio, que todo iba a ser tan difícil.

Cuando miro atrás sé que si no hubiera tomado la decisión de tener a mi hija mi vida hubiera sido completamente diferente.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Seguimos hacia adelante.

Este año está a punto de acabar y el año 2013 ha sido, como todos los anteriores, un año de avances y novedades para Judith. Los Reyes fueron más especiales que los anteriores. Ella era más grande, entendía algo más. Fue con los abuelos a ver la cabalgata y le encantó. Se infló de coger caramelos y no quería que aquello se acabara. A la mañana siguiente, al ver los regalos, su cara lo decía todo...Gracias a ella las navidades volvían a tomar color.
En febrero se volvió a disfrazar en la guardería. Si os contaba aquí que el disfraz del año pasado era de abeja, este año el elegido fue de chinita.
Fuimos a comprar el disfraz los tres juntos y tras mucho mirar, remirar y volver a mirar nos decidimos por ese. Tengo una niña exquisita en cuanto a gustos se refiere y nos costó encontrar uno que a ella también le gustara.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Tiempo a solas.

Desde que nació Judith nos era muy difícil a mi novio y a mi sacar un rato para dedicarnos solos el uno al otro y aunque tener un hijo es maravilloso, también desgasta mucho la relación y hay que poner cada uno más de su parte para dejar de ser padres por un momento y volver a ser pareja, darnos atención, cariño, hablar de nosotros. En marzo de este año mi novio tuvo un mes entero de vacaciones y decidimos que nos íbamos a ir de viaje, los dos solos, lo necesitábamos. Así que nos fuimos a varias agencias de viajes a preguntar precios. En principio queríamos viajar a Roma, nunca habíamos ido y teníamos muchas ganas. Pero se nos salía del presupuesto. El chico de la agencia nos dijo que los cruceros en esa época del año estaban más baratos, todo iba incluido y saldría muy bien así que sin pensarlo decidimos que haríamos uno.
Decidido, en finales de Marzo iríamos a un crucero durante una semana por el Mediterráneo. Hablamos con nuestros padres y nos dijeron que encantados se quedarían con Judith durante ese tiempo, que disfrutáramos y nos relajáramos que todo estaría genial.

Llegó el día de ir rumbo a Barcelona, ya que desde allí saldría el barco. Ese día salíamos muy temprano y Judith estaba dormida cuando nos fuimos. Esos días anteriores le estuve contando que papá y mamá irían en un barco durante unos días, ella se quedaría con los abuelos y al volver le traeríamos muchos regalitos, para que cuando no nos viera "entendiera" dónde estábamos. Aun así cuando ya estábamos rumbo a la estación lloré mucho. Me sentía mal, culpable por irme y dejarla sola. Sé que no le iba a pasar nada, que estaría muy bien cuidada, que nos merecíamos descansar e íbamos a pasárnoslo muy bien, pero no podía evitar sentirme así. Era la primera vez que pasábamos tanto tiempo separadas y no sabía como se lo iba a tomar.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Colecho.

Hoy vengo a hablaros de un tema un poco polémico aún sobre todo en países occidentales desarrollados: el colecho. Por si hay alguien que no sabe a qué me refiero, consiste en dormir en la misma cama el bebé y sus padres.
Cuando estaba embarazada y nada más nacer Judith siempre están las típicas señoras que te dicen:
-No la vayas a tener todo el día en brazos que se malacostumbra.
-El pecho cada 2 o 3 horas, no cada vez que te lo pida. Tu teta no es un chupete.
-A dormir en su cuna, que si no se acostumbra ¡y a ver como la sacas de tu cama!

Sé que eran con buena intención, no os lo niego...Pero hay veces que las mujeres somos muy entrometidas con las madres y más aún si son primerizas y bastante jóvenes como yo. Se piensan automáticamente que no sabemos nada y tienen que dárnoslo todo bien masticadito. Pues bueno, no hice caso de nada de lo que me dijeron. Seguí mi instinto en todo momento y no me arrepiento. Hay cosas que necesitas saberlas a la hora de criar a un hijo, pero otras muchas salen solas, sin pensarlas, y sueles acertar. Sólo hubo una noche que intenté hacer caso a los "consejos" de los demás y lo pasé muy mal.

sábado, 23 de noviembre de 2013

El 2012 pasó como un rayo.

Esas navidades Judith ya era más mayor y la llevamos al centro a ver todo decorado con las luces de Navidad, los puestos con las panderetas, petardos, adornos... Le compramos una pandereta pequeñita roja y hasta que se rompió por primavera o así no paraba de tocarla. Juré que jamás le compraría otra, pero no pude cumplirlo...¿Quién se resiste a decirle que no?

Tras las fiestas tocó incorporarse a la guardería. Me comentó su profesora que la veía preparada para empezar a quitarle el pañal poco a poco, aún no tenía ni 18 meses así que fuimos tranquilos. Empezaron por sentarla cada hora en el váter de la guarde, para que se fuera acostumbrando a él. Primero con el pañal puesto y cuando ya lo conocía empezaron a quitarle el pañal. Le encantaba sentarse en él pero no estaba muy por la labor de darle uso. Yo en casa lo intentaba pero era muy rara la vez que conseguía que hiciera pipí dentro del váter, aún era muy pequeña así que decidimos aplazar la operación pañal.

Celebró su primer carnaval disfrazada de abeja, pero no le gusto mucho eso de disfrazarse...

martes, 19 de noviembre de 2013

Charlando

Hoy no tengo tiempo de abrir entrada, así que para no dejar esto abandonado os dejo un video de Judith "hablando". Es de Mayo del 2012.
Espero que os guste :)
 
 
 
 
 
 

domingo, 17 de noviembre de 2013

¡Vámonos al zoo!

En Diciembre decidimos llevar a Judith a que viera a los animales más de cerca en el Zoo. Fuimos al zoo de Fuengirola, no sé si lo conoceréis. Es relativamente nuevo, y respeta mucho el hábitat de cada animal. No los tienen hacinados, ni mal cuidados ni nada de eso.

La pequeña se lo pasó genial al ver tantos animales tan de cerca. Pudo conocer mejor a los tigres, hipopótamos, gorilas, chimpancés, cocodrilos, tortugas enormes, ciervos, flamencos, lémures, suricatos, erizos, muchas clases de pájaros, serpientes, ardillas, peces...en fin, muchísimas clases de animales. Luego entramos a una exhibición que hacían con águilas y halcones, los teníamos casi al lado. Cada vez que pasaban por encima de nuestras cabezas Judith intentaba cogerlas, no le daba miedo nada jajaja

sábado, 16 de noviembre de 2013

Terminó el verano y empezó el otoño.

Llegó Septiembre, y Judith empezó la guardería. Aunque yo tenía las clases por las tardes en la Universidad quería que ella empezara a tratar a diario con más niños, que tuviera algo más de independencia. Así que con 13 meses fue su primer día de guarde.
Pensaba que iba a tomárselo peor, pero no. Lloró un poco el primer día pero luego nada. Su profesora era maravillosa, muy tierna, atenta con todos los niños... Para Judith era su mami dentro de la guardería. Le encantaba ir. Ese primer año le empezaron a enseñar los colores, canciones, pintaba, hacía muchos trabajitos, hizo muchos amigos... Se volvió algo más independiente.

Yo pasé a 2º curso en la Universidad, pero también me quedaban asignaturas de 1º. Era consciente de que tenía que tomarme las cosas con calma, todo llegaría. Lo importante era llegar a la meta aunque el camino fuera más largo que para el resto de mis compañeros.

En ese tiempo Judith hizo un gran descubrimiento: el parque. Se volvió su sitio favorito para ir. Subía a todos los columpios sin ningún miedo, contra más alto fuera estuvieran le gustaban. Disfrutaba como una enana que era. Ya andaba sin ningún problema, corría muchísimo y seguía metiéndose en sitios rarísimos como, por ejemplo, una caja de pañales vacía. Empezamos a cambiar los domingos de playa por el campo, le gustaba mucho ir para jugar con la pelota, ver los caracoles, las flores, los animales que había por ahí...

viernes, 15 de noviembre de 2013

Verano 2011.

Ya casi había pasado un año desde que Judith nació...no me lo podía creer. El tiempo pasó volando, pero ella lo aprovechaba al máximo. No había día que no aprendiera algo nuevo.

En Junio cogió una velocidad enorme al gatear, se recorría la casa de punta a punta en un momento. ¡Bendita la hora en la que no sabía desplazarse por sí misma! Estaba súper graciosa gateando intentado pillar a alguna de las gatas, éstas aún corrían más que ella y Judith se acababa enfadando. Si nos descuidábamos ya se nos metía en sitios insospechados: bajo la mesa del salón, bajo la cama, tras la puerta...Había que tener mil ojos más con ella.

También fue la primera vez que estuvo en la playa. Al principio odiaba tocar la arena, su toalla debía estar limpia si no se ponía a llorar y ni hablar de dejarla en el suelo. Luego parecía una croqueta rebozada en arena. El mar aún le daba miedo, así que ella era muy feliz jugando en su piscinita del Mickey llena de agua, pero nada de sentarse en ella...Prefería estar de pie, así que no podíamos soltarla.
Os parecerá una tontería pero en la playa fue cuando más cuenta me di de lo que había cambiado mi vida de un año a otro. Antes de nacer Judith, mi objetivo era tostarme al sol sin ninguna otra preocupación que no quemarme y refrescarme en el mar de vez en cuando. Ahora tengo que estar pendiente de que ella no se queme, que no esté mucho al sol, que no se meta nada en la boca, que no tenga frio cuando está dentro del agua... Pero ver como disfrutaba/disfruta cada vez que vamos a la playa no tiene precio.

Su primera carcajada.

Esta entrada está un poco a destiempo, pero he descubierto que también puedo subir videos al blog y os tenía que enseñar éste.
Fue su primera carcajada, Judith tenía casi 4 meses...Espero que lo disfrutéis :)


jueves, 14 de noviembre de 2013

Grandes avances.


En los meses siguientes Judith aprendía cosas nuevas cada día. No podía parar de sorprenderme. Ya tenía casi 7 meses y la boca empezaba a molestarle...todo lo que pillaba lo acababa mordiendo. Había que tener mucho cuidado, TODO iba a la boca, sin importar lo que fuera. Ya se sentaba sola sin nada de ayuda, le encantaba. Siempre ha sido una niña curiosa y le gustaba ver lo que había a su alrededor. También aprendió a girarse sola. La primera vez que lo hizo se asustó mucho, no sabía lo que había pasado, vaya cara puso la pobre... pero después debió gustarle porque lo hacía a cada rato. Le encantaba que nos tumbáramos en la cama de los abuelos y nos pusiéramos a girar, y a girar, y a girar...

Cuando tenía 8 meses aprendió a ponerse de pie en la cuna, agarrándose a la baranda .Si sentarse sola le encantaba, podéis imaginaros lo que era para ella ver el mundo a dos piernas. Llegó el mes de Mayo y con ello tuvimos que cambiarle la silla del coche. Ya pesaba mucho para seguir en el Maxi-Cosi así que pasó a una silla de "mayores". ¡Le encantaba! Su cara lo decía todo. No tenía que ir en el coche mirando al asiento, por fin podía mirar al frente, por la ventanilla, interactuar mejor con nosotros...

Navidad y primero exámenes.

En eso se resumiría ese invierno: primera Navidad de Judith y primeros exámenes universitarios míos.

En diciembre Judith probó su primera papilla, y no le gustó mucho...más bien era difícil que se tragara algo. Ya sostenía sin problemas la cabeza, y aprendió a sentarse sola con algo de ayuda, antes de la primavera tenía eso dominado. Empezaron sus primeros "ajjjjos", y nos reconocía a todos los que pasábamos más tiempo con ella.
Se fueron los cólicos y gracias a eso dormía
las noches muy bien. Empezaba a demostrar su carácter y si algo no le gustaba se ponía a chillar. Se descubrió los pies y se pasaba el día con ellos en la boca, era alucinante la flexibilidad que tenía. Empezaros sus primeras carcajadas y creo que eso fue lo más emocionante de ese tiempo. La primera vez que la escuchamos reírse a carcajadas, lloré. Era lo más bonito que hacía oído jamás... lloré de alegría, de emoción, de sorpresa... También empezó a usar el andador, ¡y no veas las carreras que se daba! Antes de saber como usarlo solo iba andando marcha atrás, parecía un cangrejo. Luego iba corriendo por toda la casa, estaba súper graciosa.

Las Navidades fueron especiales para todos, había dos bebés nuevos en la familia. Judith, con 4 meses, y mi primo, de 2. En Nochebuena cenamos con la familia de mi novio, y en Nochevieja con mi familia. Ese año me comí las uvas con Judith en brazos dormida, eso era empezar el año con buen pie y lo demás tonterías.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Mamá y universitaria.

Llegó el 27 de septiembre de 2010, y tuve que empezar la universidad. Judith apenas tenía un mes y ya me tenía que separar de ella. Los primeros días de clases fueron raros: no conocía a nadie, me costaba acostumbrarme a la forma de hacer las cosas de la Universidad, los pechos notaba que me iban a estallar de tener la leche acumulada, no podía parar de pensar en mi hija... 

Poco a poco fui conociendo a gente de clase y a formarme mi grupo de amigas. Todos se extrañaban de que tuviera ya una hija tan pequeña, pero me aceptaron muy bien. El primer año de clases tras ser madre para mí fue uno de los peores. No paraban de ponernos ejercicios para hacer en casa, tenía que estudiar mucho comparado con el instituto y con un bebé tan pequeño no es nada fácil, los 3 primeros meses Judith tuvo cólicos por las noches y dormía fatal, por lo que yo también...Menos mal que las clases eran por la tarde y no tenía que madrugar.
 
Ella iba creciendo cada día más y nos asombraba con cada cosa nueva que aprendía. Durante los primeros meses mi novio vivía en mi casa con nosotras, pero en Noviembre le salió un trabajo, por lo que ya pasaba a dormir en la suya. Nosotras un par de veces a la semana dormíamos con él en su casa, pero las mayorías de las noches no podía contar con su ayuda. En ese tiempo me vino genial tener a mi madre al lado. Me agobiaba mucho esa situación, no poder estar con mi novio todo el rato que quisiera, ir de una casa a otra...pero antes de que Judith naciera ya estábamos mentalizados de que sería así.

Sus primeros días de vida.

Una vez nos subieron a la habitación del hospital vino todo el mundo a conocer a la pequeña, se había hecho de rogar y todos estaban deseando verla. Yo di a luz en un hospital público por lo que la habitación era compartida con otra recién estrenada madre. En los horarios de visita estar dentro de la habitación era insufrible... Se ponía hasta arriba de gente, me agobié muchísimo y creo que fue una de las peores cosas del hospital.
Futuras mamis permitidme un consejo: intentad que vayan a veros lo mínimo posible al hospital, o dosificar las visitas, porque como se os presenten todas de golpe o vengan esas visitas que se tiran todo el día... lo vais a pasar mal. Y más si tenéis una familia grande como nosotros.

 
En el hospital se quedaba a dormir con nosotras mi novio, y la primera noche fue la peor de todas. Judith no paraba de llorar, no quería comer, ni dormir, no sé que le pasaba. Supongo que para ella sería un gran cambio pasar de mi útero a ese mundo en el que ahora estaba... Mi novio llevaba desde el domingo sin casi pegar ojo, así que la noche del martes se quedó dormido y no se enteró de nada. Nada de nada. No fue de mucha ayuda. Si juntamos a una mami primeriza inexperta con un bebé recién nacido y llorón podéis imaginar la mezcla explosiva que sale.

martes, 12 de noviembre de 2013

Nació Judith saludando al mundo.

El dolor iba y venía, pero ya había salido de cuentas y sabía que no era normal. Fui al hospital con mi novio y mi madre. Estuvimos un rato en la sala de espera, y por fin me llamaron.

-¿Qué te pasa Lorena?
-Ayer salí de cuentas y hoy me duele la barriga, creo que son contracciones.
-Vamos a examinarte.
- (...)
-Bueno Lorena, pasa a esa sala de allí y cámbiate. Ponte un camisón que encontrarás dentro. Te dejamos ingresada, el bebé viene ya. Estás dilatada 2 cm.

No me lo podía creer. Me asusté, muchísimo ¿Ya venía? ¿Iba a nacer? ¿Qué tenía que hacer? Intentaba recordar lo que me habían enseñado en las clases de preparación al parto, pero en ese momento no recordaba nada. Era cuestión de horas que nos convirtiéramos en papás...o eso pensaba.

Mientras me cambiaba de ropa, la enfermera avisó a mi novio y a mi madre que esa noche me quedaba en el hospital, estaba de parto. Creo que en esos momentos ellos estaban más nerviosos que yo, sus caras lo decían todo. Me pasaron a una sala en la que me pusieron monitores y me hicieron firmar el consentimiento para la epidural y para la donación del cordón umbilical. Mi novio estuvo conmigo en todo momento, no se separó de mi. Hablé con mi padre por teléfono, al día siguiente vendría a verme.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Mi último verano antes de ser mamá.

El verano de 2010 iba a ser sin dudas uno de los más especiales que había tenido hasta entonces, me iba a convertir en madre, por fin Judith iba a salir a conocernos, a estar con nosotros.

Habían acabado las clases y aún no tenía nada para la niña...sólo algo de ropa que me habían regalado o habíamos ido comprando. Necesitábamos la cuna, el carro, la bañera, el cambiador... La cuna la compraron a medias mi novio y mi madre, el carro me lo regalaron, la bañera y el cambiador nos lo dejó el tío de mi novio...Así que en poco tiempo me hice con lo imprescindible para ella.
A mi madre no sé que se le pasó por la cabeza pero se empeñó en pintar TODA la casa justo antes del nacimiento de mi hija, supongo que le dio el síndrome del nido, pero a su manera.

Durante todo el mes de Julio, mi casa estuvo patas arriba. Sabéis como está todo cuando hay que pintar, como si no tuviera yo suficiente con el calor que estaba pasando (Málaga, verano, muy embarazada), también tenía que aguantarme el agobio al ver la casa así. Ese verano fue también el primer año que España ganó el mundial. Recuerdo que cada vez que La Roja marcaba un gol, al escuchar los gritos de celebración ella se asustaba dentro de la barriga, pegaba un salto. A día de hoy cada vez que se celebra un gol le asusta, sonará raro pero creo que se acuerda. Odia el fútbol con todas sus ganas.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Selectividad un tanto peculiar.

Acabaron las clases de Bachillerato y me gradué. Fue un día un poco raro... Me faltaban como 3 meses para tener a Judith conmigo y ahí estaba, rodeada de gente de mi edad, pero con las que yo notaba que no teníamos casi nada en común. Tras la fiesta de graduación en la que nos entregaron los diplomas y nos pusieron la banda, fuimos a cenar. Después de la cena ellos se iban a una discoteca, yo me fui con mi novio a su casa. Estaba cansada, me dolían los pies y no me apetecía nada trasnochar. Mi vida ya empezaba a cambiar, y sólo había hecho nada más que empezar.

Selectividad estaba a la vuelta de la esquina, tenía 15 días para terminar de mirarme todo el temario que sabía que podía entrar. Tenía que aprobar esos exámenes como fueran, no podía presentarme en septiembre, ya estaría Judith con nosotros y era consciente de que iba a ser más complicado eso de estudiar cuando ella naciera. No me resultó difícil estudiar, hay veces que ella me distraía con sus patadas y me pasaba horas mirando la barriga hasta que era consciente de que me estaba distrayendo y tenía que estar atenta a los apuntes. Llegó la hora de los temidos exámenes, no recuerdo bien si fueron 3 o 4 días, pero sé que pasé un poco de nervios. Tenía el estrés típico de cualquier persona de mi edad en ese momento, pero se me sumaba el hecho de estar embarazada de 30 semanas, me daba vergüenza. No el hecho de estar embarazada, sino llegar ahí y automáticamente ser el centro de atención en un momento así.

Por fin le vimos la cara.

Llegó la hora de ver la carita de Judith. Ya estaba de 26 semanas, estaba a punto de acabar el segundo trimestre del embarazo y se me había pasado volando. El curso estaba acabando, era Mayo y me encontraba en plenos exámenes finales de 2º de Bachillerato. Al mes siguiente tenía selectividad, pero si os soy sincera mi cabeza no pensaba en eso mucho. Ahora sólo tenía ganas de ver a mi hija y saber que estaba tan sana como la última vez.

18 de Mayo de 2010, ahí estábamos en la sala de espera de la clínica mi novio, mi madre y yo. Por fin puedo pasar y me tumbo en la camilla. Empieza a hablar el doctor conmigo, era genial. Apaga las luces y empezó la ecografía. Primero fue una eco normal, viéndole todos los órganos, el flujo sanguíneo, sus medidas y peso... Después vino lo bueno. Le dio a un botón y ahí estaba Judith. Era alucinante lo bien que se la veía. Vimos como se chupaba el dedo, bostezaba, me metía el puño en la boca, le pudimos contar hasta los dedos de la mano...

Y pasaron 2/3 del embarazo.

Sin darme cuenta estaba de casi 20 semanas, la mitad del embarazo se había esfumado y yo casi no me di cuenta. Tengo que decir que mi embarazo fue genial, no tuve nauseas, y la máxima complicación que tuve en las primeras semanas fue un poco de anemia que se solucionó con pastillas de hierro.
En el instituto la cosa iba mejor. La gente ya se había acostumbrado a mi barriga y a mi, ya no cuchicheaban tanto, toda mi familia estaba muy contenta, mi novio y yo felices... Pude seguir yendo a clase con normalidad, y las notas seguían siendo buenas.
Durante el embarazo soñaba mucho con mi futuro bebé, tanto cosas buenas como pesadillas. Los sueños en general eran más vividos, pero en esas semanas hubo uno que sobresalía de los demás.

El embarazo continúa,pero las decepciones también.

Poco a poco el agua volvía a su cauce. Todo mi entorno sabía de mi embarazo, mis padres lo empezaron a aceptar y estaban incluso ilusionados, mis suegros también, mi novio estaba feliz... Pero cuando piensas que nada puede estropear tu felicidad, todo se va al traste de un momento a otro.

Tuve una pelea bastante grande con mi novio por algo que ahora sinceramente ni recuerdo. Se lo conté a mi mejor amiga, la conocía desde que yo tenía 6 años, y éramos inseparables. Imaginaros mi cara cuando ella me dice que había visto a mi novio con otra mujer en una discoteca hace varios días. Sí, como leéis...Dijo que no me lo había contado antes porque no la iba a creer, pero que ya que habíamos discutido, tenía que decírmelo. Yo me puse hecha una furia, ¿estaba embarazada de 3 meses y él se había ido con otra? No me lo podía creer. Lo llamé y sin dejarle que se explicase lo dejé, le dije de todo. Grave error.

La noticia se extiende.

Ya habían pasado las fiestas, no había más excusas a dónde agarrarme para no contarle a mi padre mi embarazo. Estaba ya de 8 semanas, él tenía que saberlo. Mi madre quería que se lo dijera ya, y sé que era mi obligación pero me daba mucho miedo, no sabía como iba a reaccionar.

- Paco, la niña tiene que hablar contigo- le dijo mi madre.
- ¿Qué pasa? (se puso pálido, veía en mi cara que no era algo bueno).
- Papá, sabes que estaba tomando las pastillas...pero han debido de fallar o algo...porque estoy embarazada. De 8 semanas.

No me dijo nada. Se quedo en silencio, me miró, y giró la cabeza hacia el frente.

- Papá, pero dime algo... Dime que piensas.
- ¿Qué quieres que te diga Lorena?
- No sé...algo, pero no te quedes callado por favor.

Entonces me abrazó y yo me puse a llorar como una niña pequeña. En ese momento me sentía fatal...Hubiera preferido 1000 veces que me gritase o me regañara, a ese silencio. Esa decepción y angustia que noté que sentía... Tras pasar un rato así, le dije que no iba a dejar de estudiar, y que iba a tenerlo. Él me dijo que me apoyaría, pero que me lo pensase tranquilamente, iba a ser difícil. me hizo prometerle que no iba a dejar de estudiar.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Embarazada.

Así estaba, embarazada. Ese día en el instituto fue bastante raro, tenía la cabeza en otro sitio, no sabía ni donde estaba. Acabaron las clases y tocaba darle la noticia a mi novio.
Si yo me pongo nerviosa, me rio, es inevitable, y claro...que tu novia te diga que está embarazada riéndose es muy poco creíble.

Cuando vio que era verdad, que íbamos a ser papás, no se lo creía. Se quedó pensativo y yo en ese momento pensé que me iba a decir que me fuera, que no quería saber nada de todo aquello.

-¿Qué vamos a hacer?- me preguntó.
- Yo voy a tenerlo, si no quieres tú, vete. Pero yo lo voy a tener...
- ¿Pero quién te ha ducho que no quiera que lo tengas? No seas tonta...

Y me abrazó, yo volví a llorar y en ese momento me sentí feliz. Aún tenía miedo, por supuesto, pero sabía que pasase lo que pasase él estaría conmigo. Íbamos a ser una pequeña familia. Me había quitado un gran peso de encima.

Y llegó la hora de afrontar la realidad...


Esa madrugada no podía dormir, quería convencerme de que no pasaba nada, que me haría el test y sólo aparecería una rayita, pero dentro de mí tenía miedo. Eran las 6 de la mañana, no pude resistir más y me levanté para salir ya de dudas. Cogí el test, fui al baño, y me puse a hacérmelo...

Lo dejé sobre el mueble de baño, esperando que saliera el resultado. No puedo describiros lo que sentía, eran una mezcla se sentimientos que sólo las que os hayáis hecho algún test me entenderéis: miedo, nerviosismo, angustia, estrés... Y ahí estaban, dos rayas moradas. Me eché a llorar, no me lo podía creer. Miraba el test, miraba mi barriga y así durante un rato. ¿Yo embarazada? ¿Cómo? ¿Se habrá equivocado el test? ¿Lo estaré mirando mal y es cosa de la luz?
Cogí el test, lo puse de todas las posturas posibles, a la luz, de lado, de lejos...nada, las dos rayas seguían, allí. No me lo podía creer.

Mamá, necesito un test de embarazo.

Esa frase fue la que le dije a mi madre, imaginaros su reacción...Voy a empezar por el principio.

Mediados de diciembre de 2009, domingo. Me tenía que haber venido la regla el viernes, nunca se me había atrasado, y tomando la píldora era raro, muy raro. No me notaba nada fuera de lo normal, y pensé que el retraso podía ser por los nervios ya que estaba acabando la primera evaluación de 2º de Bachillerato.. Yo estaba en mi cuarto, y ella en el suyo haciendo su cama:
 
-Mamá, me tenía que haber venido ya la regla, y aún nada...¿Compramos un test y me lo hago para descartar? Es imposible, pero así no me lo tienen que hacer en el médico. Cuando salga negativo, si me sigue sin bajar, vamos al médico...
 
- Vale Lorena...luego te doy dinero y te compras....eso.

¡Bienvenidos a mi vida!

Antes de empezar con este blog, quiero presentarme.
Me llamo Lorena, y fui madre joven, más joven de lo que nunca me hubiera imaginado. Todas pensamos que nuestros hijos vendrán cuando tengamos todo el camino preparado para ellos, pero hay veces que tienen prisa por conocernos y los planes se adelantan. Me quedé embarazada de mi hija con 17 años, y al poco de cumplir mi mayoría de edad nació ella.
Ahora estudio Derecho y quiero compartir con la gente que me lea como ha sido, es y será mi experiencia como madre y estudiante universitaria, combinación complicada.
A día de hoy Judith, así se llama la protagonista de todo, tiene 3 años. El papá y yo seguimos juntos, aunque por determinadas circunstancias cada uno vive con sus padres...

Intentaré ayudar a mamás que estén pasando por lo mismo que yo o simplemente para que veáis la maternidad desde mi perspectiva.

Si queréis que escribe sobre algo en particular sólo tenéis que decírmelo. Podéis contactar conmigo a través de ask. 

 
¡¡Muchos besos!!