viernes, 25 de abril de 2014

Él.

Él, la persona con la que he compartido casi la mitad de mi vida... ¿Qué os puedo contar de él que ya no sepáis?
Se llama Francisco Javier pero la mayoría de la gente lo conoce por Fran. Nació un 8 de agosto de 1988 en Málaga. Es el mediano de sus hermanos. De pequeño siempre ha sido un niño muy nervioso y travieso, quizás demasiado. Mi hija es igualita a él...No paran quietos ni un momento, son un calco el uno del otro.


Nunca ha sido bueno para los estudios porque a pesar de ser muy inteligente no le ha gustado esforzarse. Durante todo el tiempo que llevamos juntos e intentado que deje su pereza a un lado y estudie, es lo mejor...Pero no, ha sido imposible. Así que desde los 17 años lleva trabajando sin parar.

Empezó en una pizzeria como repartidor a domicilio, luego lo ascendieron a encargado de la tienda, más tarde se tuvo que ir de allí y desde entonces ha trabajado en ese sector. Siempre ha estado buscando trabajo de lo que sea, no le importa trabajar muchas horas al día por poco dinero...Ha sido, es y será un hombre trabajador. 

Con mis padres siempre se ha llevado genial, ellos me han visto feliz y sabían que con él estaba en buenas manos. Ha sido y es otro hijo más para ellos, siempre miran por él al igual que sus padres miran por mí.
Como hijo es uno de los tres hermanos que más "disgustos" le ha dado a sus padres. Ha sido más rebelde, ha tenido algunas malas amistades...Pero siempre ha mirado por el bienestar de su madre. La cuida, la quiere y es una de sus prioridades. Desde que es padre tiene la cabeza mucho más asentada, no hace tantas locuras, y eso ha hecho que la relación con sus padres mejore mucho más.

Nuestro relación ha tenido momentos malos pero los buenos los superan, ya os lo conté aquí. Siempre ha mirado por mí, me demuestra día a día que me quiere, me cuida, me mima... Por mucho que hayan pasado los años siegue existiendo esa química entre nosotros, eso que nos hace entendernos solo con mirarnos a los ojos. Desde que me quedé embarazada ha estado a mi lado apoyándome, esperaba tan ilusionado como yo la llegada de nuestra hija y con cada patada que ella me daba él iba corriendo a poner la mano sobre la tripa para ver si la podía sentir. Me acuerdo cuando le hablaba y ella se movía, su cara de ilusión no os la podéis ni imaginar...Pero lo mejor vino el día del parto.

Los días que estuve ingresada en el hospital antes de que la peque se decidiera a nacer él solo se separó de mí para ir a bañarse a su casa, no me quería dejar sola. Cuando ya estaba a punto de nacer estaba muy muy nervioso...Se pasó todas las horas mientras yo dilataba dándome la mano y besos. Por fin me pasaron a paritorio y él pudo entrar conmigo. Su cara al ver a nuestra hija no se me olvidará nunca. Lloraba, él, que casi nunca lo había visto llorar en 5 años de relación, en ese momento lloraba como un bebé y miraba embobado a Judith...

Desde ese momento ha luchado por ella y por nosotros. Se ha portado como un hombre, un padre verdadero. Verlos pasar el rato juntos, a los dos grandes amores de mi vida, no tiene precio...Él la adora a ella y ella adora a su "papi". No veo el día en el que por fin podamos formar nuestro propio hogar, ese día se habrá cumplido unos de nuestros sueños.






2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchísimas gracias.
      Increíble es que solo con 3 palabras me hayas sacado una sonrisa :)

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