Elegir nombre...Difícil decisión.

Desde que nos dijeron que probablemente era niño en la semana 12 hemos estado dándole vueltas a todos los nombres masculinos habidos y por haber. Cuando mi amiga la semana pasada nos lo confirmó, nos pusimos más en serio aún...Estaba cansada de no poder dirigirme a él personalmente, que no tuviera nombre, que no supiera como llamarlo, era tan impersonal...


Si Mini-bebé fuera una niña la cosa hubiera sido mucho más fácil, ¡¡nos gustan tantos nombres!! Pero de niño es más complicado...No me gustaba casi ninguno y los que me llamaban la atención a mi novio no le gustaba nada. Quería que el bebé tuviera un nombre decidido por los dos, es una decisión muy importante como para tomarla así a la ligera y sin estar los dos de acuerdo.

Los primeros nombres que me gustaban eran: Pablo, Álvaro, Sergio, Alejandro, Marco, Marcos y no recuerdo si se me olvida alguno. Se los dije a mi novio y me dijo que no, que ninguno de esos les gustaba. Él me propuso Héctor, pero no me gusta nada.
Me puse a leer un libro de nombres que me regaló mi suegra cuando estaba embarazada de Judith y me hice una lista de nombres que me parecían bonitos. Pero al volver a releer esa lista no me gustaba ninguno de los que había apuntado.
La gente de mi entorno intentaba ayudarme dándome ideas pero no, ninguno era el nombre perfecto para él.
Al cabo de los días se me ocurrió llamarlo Iván o Raúl, me parecen nombres bonitos. Pero se los dije a mi novio y vuelta a empezar...Tampoco les gustaba. Esto era muy frustrante...Quería poder ponernos de acuerdo ya y parecía imposible.

Anoche le dije que teníamos que elegir un nombre ya, me moría de ganas por poder llamarlo a él, personalmente. Mi novio me propuso llamarlo Fran, como él. Decía que le hacía ilusión que el niño tuviera su nombre y primer apellido como él pero no...Ni me gusta su nombre ni eso de que los hijos se llamen como los padres. Quiero que él tenga su propio nombre, algo que lo haga "único" en la familia. Luego se le ocurrió Lázaro, o Paul...No, tampoco me gustaban.
¡¡Parecía que nunca nos íbamos a poner de acuerdo!!

Tras estar un rato buscando nombres me dijo tres que no me desagradaron para nada... Uriel, Simón y Saúl. Leí los significados de los tres, me los imaginé con el apellido y le pedí que los pronunciara en voz alta una y otra vez para ver cómo sonaba.
Uriel.
Simón.
Saúl.

Tras mucho pensarlo nos decidimos por SAÚL. Sí, Saúl, así se llamará Mini-bebé.
¿Qué me hizo decidirme? En primer lugar que es un nombre corto, no se puede abreviar y eso me encanta. No es muy oído, por lo menos aquí donde vivo. Me gusta como suena, me parece dulce, sencillo. Queda genial con los apellidos y con Judith, el nombre de su hermana. Pero lo que más me hizo decantarme por él fue su significado...

Todos, o la gran mayoría, sabéis que antes del embarazo de Mini-bebé tuve uno que me duró pocas semanas (4+3 para ser más exactos). Tuve un aborto natural, lo perdí, lo seguí intentado y al mes siguiente, rapidísimo, como si viniera para levantarme del suelo, vino él. Mi pequeño bebé.
Saúl significa "el que es deseado y pedido a Dios" y aunque es cierto que no me considero una persona religiosa lo pedía y deseaba con todas mis fuerzas, y vino. Vino antes de que yo lo esperara, vino para levantarme del suelo y ayudarme a sentir otra vez esta ilusión, vino para demostrarme que todo pasa por alguna razón. Vino y se quedó conmigo para enseñarme otra vez a amar incondicionalmente, para conocernos dentro de unos meses y para hacerme un poquito más feliz.

Saúl, mi pequeño gran bebé.