miércoles, 22 de enero de 2014

Mientras duerme.

Antes de ser madre leía que una de las mejores cosas que hay es mirar a tu hijo mientras duerme. Pensaba que era una chorrada...total, ¿qué tenía eso de emocionante? Ahora os digo que desde la primera vez que vi a Judith dormida hasta hoy, casi 4 años después, me sigue transmitiendo los mismos sentimientos. Es algo indescriptible, muy difícil de explicar.
Ver a tu propio hijo dormir es una de las mejores cosas que existen. Desde el 24 de agosto del 2010, antes de ir a la cama, me encanta mirar a mi hija. Me intento imaginar lo que estará soñando, ¿qué soñará una niña de 3 años? Me encantaría saberlo. Si pudiera no me importaría estar un ratito en su mente: pensar como ella, entender las cosas como ella lo hace, verlo todo desde su perspectiva de la vida, sin malos recuerdos, sin preocupaciones, sin maldad...sólo inocencia, esa inocencia que sólo los niños son capaces de tener y que con el paso de los años acaban perdiendo por mucho que no nos guste.

 
Cada vez que la miro me siento en paz, me relaja verla dormir tan tranquila en su cama. Me imagino lo segura que debe sentirse y lo que más me gusta es que yo soy una de las personas que le da esa seguridad. Cuando se despierta a mitad de la noche porque ha tenido una pesadilla viene corriendo a mi cama, asustada, se acurruca en mi pecho y se duerme tranquila...Sabe que junto a mamá nada puede hacerle daño. Por ella haría cualquier cosa, lo que sea, y jamás dejaré que nada pueda dañarla si es que pueda evitarlo. Ojalá todo se pudiera evitar... Sé que le tocará pasarlo mal, tendrá que sufrir como todos lo hemos hecho alguna vez, pero ahora no quiero ni pensar en eso. No soporto la idea de verla mal, triste. Me sentiría impotente por no poder hacer nada para evitarlo.
 
Me gusta imaginarme qué clase de persona será. ¿Le estaré transmitiendo todo lo que quiero? ¿Estoy educándola bien? y sobre todo... ¿Será feliz? Una de las cosas que más miedo me da de ser madre es el tema de la educación. Es duro cambiar pañales, levantarte de madrugada porque tu hijo te reclame, no tener todo el tiempo del mundo para ti, aguantar rabietas...pero mucho más duro es educar a esa personita. Es una responsabilidad enorme, en tus manos está su futuro, el de tu hijo, y es que él será el día de mañana lo que tú le enseñes a ser.
 
Por eso hay que ponerle esfuerzo y ganas a la maternidad. No podemos rendirnos nunca, ni por muy feas que se pongan las cosas. Cuando sintamos que todo se viene abajo, que no lo estamos haciendo bien, que es más duro de lo que pensábamos...siempre podemos verlos dormir y enseguida recordaremos lo inmensamente felices que somos por tenerlos al lado. Porque por ellos merece la pena absolutamente todo.


4 comentarios:

  1. Soy tan tan tan pero TAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN fan de tu blog!. Ojala que cuando yo sea mamá sea la mitad de buena que lo eres tú. La niña es preciosa por cierto me encanta la foto de dormida..mi madre me hizo también una muy parecida cuando yo era bebe y es muy graciosa jajaja

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    1. Muchísimas gracias cielo :)
      Seguro que cuando seas madre eres igual o mejor que yo, eso no lo dudes.
      Respecto a la foto...yo creo que todos tenemos una así jajaja

      Un beso :)

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  2. Qué bonito todo lo que has escrito, Lorena.
    Seguro que estás educando perfectamente a la pequeña Judith, y lo seguirás haciendo así de bien.

    Un beso :)

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