Siendo padres y novios.

Amores, ante todo quiero pediros perdón por tardar tanto en publicar una entrada nueva pero mi nueva vida me quita mucho tiempo y no he encontrado el momento de escribirla. Ahora lo hago desde casa de mis padres.



Cuando empezamos una relación y no tenemos hijos es relativamente sencillo que la cosa funcione, sólo tenéis que centraros en vosotros, en nadie más. Luego se van añadiendo responsabilidades, "cargas", problemas...Y es necesario luchar con uñas y dientes si es necesario para que todo marche bien. 

Nosotros somos padres, eso es lo primordial y va por encima de cualquiera de nuestras facetas, pero también somos novios, amigos, hijos, hermanos, gente joven...Y aunque nuestra hija es lo primordial necesitamos hacer otras cosas, tener momentos diferentes. Hoy voy a hablaros de nuestras dos facetas: la de novios y la de padres. 

Al principio de enterarnos que íbamos a ser padres poco cambió nuestra relación. Sí, íbamos a tener a una personita "nuestra", que iba a depender de nosotros, que nos iba a cambiar la vida...Pero siendo padres primerizos no sabíamos hasta qué punto todo esto iba a pasar. Cuando Judith nació nos dimos cuenta de cómo nuestra vida dio un giro de 180º. Ya no nos podíamos ocupar solo de nosotros, de nuestras necesidades, también teníamos que mirar por ella. Es más, primero estaba ella y luego nosotros.
Tuvimos muchas discusiones al principio, nos costó un poco eso de ser novios y padres, pero con el tiempo nos fuimos acostumbrando. Aprendimos que es necesario siempre sacar un rato para los dos, para hablar, para darnos mimos, para contarnos qué tal nos ha ido el día...Y eso sin vivir juntos era muy difícil. 

Mi novio siempre ha tenido un horario de trabajo complicado, turno completo, partido, casi sin tiempo de vernos...Así que nos establecimos casi como una "obligación" que todos los lunes (es el día que él libra en el trabajo) íbamos a comer los dos juntos, solos, sin Judith, prestándonos atención el uno al otro y dedicándonos tiempo para los dos. El resto de la semana era complicado vernos tan poco, pero el trabajo es importante y al final nos acabamos acostumbrando. Acabamos acostumbrándonos a esa nueva vida, supimos empezar a aprovechar cualquier momento que teníamos a solas ya que por muy pequeño que fuera para nosotros era muy muy importante.

Con la llegada del nuevo bebé todo será algo más complicado. Ya no tenemos que cuidar de una hija, sino de dos, pero ahora vivimos juntos, eso ayuda bastante y desde el 26 de Julio la relación en ese aspecto está mucho mejor. No tenemos que hacer malabarismos para pasar tiempo los tres, ni tenemos que estar moviéndonos de un lado a otro...Ya tenemos nuestro hogar, nuestro refugio, nuestro sitio. 

¿Es algo sacrificado o difícil? Sí, pero todo lo difícil merece la pena y nuestra relación lo merece. Gracias a estos casi 4 años de lucha tenemos una familia maravillosa que dentro de algunos meses será aumentada. Por ellos volvería a luchar una y otra vez sin descanso si fuera necesario.