jueves, 14 de noviembre de 2013

Navidad y primero exámenes.

En eso se resumiría ese invierno: primera Navidad de Judith y primeros exámenes universitarios míos.

En diciembre Judith probó su primera papilla, y no le gustó mucho...más bien era difícil que se tragara algo. Ya sostenía sin problemas la cabeza, y aprendió a sentarse sola con algo de ayuda, antes de la primavera tenía eso dominado. Empezaron sus primeros "ajjjjos", y nos reconocía a todos los que pasábamos más tiempo con ella.
Se fueron los cólicos y gracias a eso dormía
las noches muy bien. Empezaba a demostrar su carácter y si algo no le gustaba se ponía a chillar. Se descubrió los pies y se pasaba el día con ellos en la boca, era alucinante la flexibilidad que tenía. Empezaros sus primeras carcajadas y creo que eso fue lo más emocionante de ese tiempo. La primera vez que la escuchamos reírse a carcajadas, lloré. Era lo más bonito que hacía oído jamás... lloré de alegría, de emoción, de sorpresa... También empezó a usar el andador, ¡y no veas las carreras que se daba! Antes de saber como usarlo solo iba andando marcha atrás, parecía un cangrejo. Luego iba corriendo por toda la casa, estaba súper graciosa.

Las Navidades fueron especiales para todos, había dos bebés nuevos en la familia. Judith, con 4 meses, y mi primo, de 2. En Nochebuena cenamos con la familia de mi novio, y en Nochevieja con mi familia. Ese año me comí las uvas con Judith en brazos dormida, eso era empezar el año con buen pie y lo demás tonterías.



Llegaron los Reyes y aunque Judith era muy pequeña le trajeron muchas cosas: ropa, juguetes... Lo más especial de todos fue una trona rosa que le quedaba aún enorme y una manta de actividades que a ella le encantaba, aunque se empezaba a arrastrar y acababa saliéndose de ella. Era y es muy nerviosa, nunca podía estar quieta en un sitio. Si la tenías en brazos y no te movías te chillaba o lloraba para que andases, o la arrimases a coger lo que ella quería, o la acercases a algo...no podía estarse quieta. Nunca ha sido un bebé tranquilo.

Tras la Navidad tuve que volver a la realidad. Clases y luego mis primeros exámenes en la Universidad. Fueron regular, no salieron tan bien como yo pensaba, pero con un bebé tan pequeño no podía aspirar a tanto. Estaba segura de que cuando Judith creciera todo iba a ser más fácil, por ella merecía la pena atrasarse un poco en llegar a la meta.


P.D: Muchas gracias por leerme, sois los mejores. Mañana más: )

 


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