domingo, 10 de noviembre de 2013

Y pasaron 2/3 del embarazo.

Sin darme cuenta estaba de casi 20 semanas, la mitad del embarazo se había esfumado y yo casi no me di cuenta. Tengo que decir que mi embarazo fue genial, no tuve nauseas, y la máxima complicación que tuve en las primeras semanas fue un poco de anemia que se solucionó con pastillas de hierro.
En el instituto la cosa iba mejor. La gente ya se había acostumbrado a mi barriga y a mi, ya no cuchicheaban tanto, toda mi familia estaba muy contenta, mi novio y yo felices... Pude seguir yendo a clase con normalidad, y las notas seguían siendo buenas.
Durante el embarazo soñaba mucho con mi futuro bebé, tanto cosas buenas como pesadillas. Los sueños en general eran más vividos, pero en esas semanas hubo uno que sobresalía de los demás.

Soñé que ya había tenido al bebé, y al mirar dentro del carro, ahí estaba. Era una niña, guapísima, con la piel blanquita, la cara redonda, mucho pelo negro, y olía tan bien... Me desperté emocionada, parecía que aún podía olerla y tocarla, fue el mejor sueño de mi vida. Desde ese momento estaba segura de que iba a ser una niña. Lo sentía, y cada vez que volvía a soñar con bebés en todos mis sueños aparecía una niña. También tuve otros sueños muy desagradables, el que más recuerdo fue uno en el que mi hija nacía y yo me encontraba en una habitación de hospital, con los brazos llenos de claves y tubos y no podía cogerla...ella lloraba y lloraba pero yo no podía moverme.

Llegó la hora de hacerme otra ecografía y saber si de verdad era una niña o era cosa de mi subconsciente. Esta vez fuimos mi novio, mi madre y yo. Ella esperó fuera y entremos los dos. Tras estar un rato la doctora mirando el monitor, sin decirme nada, por fin decidió hablar:


- Bueno Lorena, está todo genial.
- Pero...¿se sabe lo que es?
- Sí claro, es una niña.

¡UNA NIÑA! Me puse muy contenta, si hubiera sido niño no me iba a disgustar, está claro, pero una niña era lo que siempre quería. Mi novio prefería niño, pero estaba feliz pensando que íbamos a tener a una mujercita. Nada más salir de la consulta lo conté a todo el mundo, no podía resistirme. Ahora nos quedaba pensar el nombre.

Antes de quedar embarazada escuchamos el nombre de Judith, y nos gustó mucho. Dónde vivo no hay casi nadie que se llame así, y quizá por eso nos llamó más la atención. Ahora que ya sabíamos que era una niña teníamos que pensar si ponerle ese nombre u otro. Elegir un nombre es algo muy complicado, va a estar con él toda la vida y puede ser incluso motivo de burla... Teníamos que pensarlo mucho.
Yo tenía claro que el nombre de mi hija tenía que tener unas características: ser corto para que no pudieran acortárselo y llamarla de otra forma, no tener rima fácil, que pegase con los apellidos, no muy sonado, y por supuesto que nos gustase a los dos. Por mi cumpleaños mi suegra me regaló un libro con muchos nombres, y una tarde mi novio y yo nos decidimos a pensar el nombre de nuestra hija.
Cada uno hicimos una lista con los nombres que nos gustaban, luego nos la intercambiamos y tachábamos los nombres de la lista del otro que no nos gustaban. Al final nos decantamos por Judith.
JUDITH, así se llamará "nuestra manchita".

Una semana después llamé para pedir cita y hacerme una ecografía 4D. Queríamos ponerle cara a Judith, no podíamos esperar a que naciera. Eso os lo contaré en la próxima entrada.

Gracias por leerme y darme ánimos para seguir escribiendo.

2 comentarios:

  1. La niña de tu sueño se parecia a Judith?

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    1. Sí. Tenía al cara regordeta, mucho pelo negro, la nariz pequeñita...Igual que Judith cuando nació :)

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