domingo, 10 de noviembre de 2013

La noticia se extiende.

Ya habían pasado las fiestas, no había más excusas a dónde agarrarme para no contarle a mi padre mi embarazo. Estaba ya de 8 semanas, él tenía que saberlo. Mi madre quería que se lo dijera ya, y sé que era mi obligación pero me daba mucho miedo, no sabía como iba a reaccionar.

- Paco, la niña tiene que hablar contigo- le dijo mi madre.
- ¿Qué pasa? (se puso pálido, veía en mi cara que no era algo bueno).
- Papá, sabes que estaba tomando las pastillas...pero han debido de fallar o algo...porque estoy embarazada. De 8 semanas.

No me dijo nada. Se quedo en silencio, me miró, y giró la cabeza hacia el frente.

- Papá, pero dime algo... Dime que piensas.
- ¿Qué quieres que te diga Lorena?
- No sé...algo, pero no te quedes callado por favor.

Entonces me abrazó y yo me puse a llorar como una niña pequeña. En ese momento me sentía fatal...Hubiera preferido 1000 veces que me gritase o me regañara, a ese silencio. Esa decepción y angustia que noté que sentía... Tras pasar un rato así, le dije que no iba a dejar de estudiar, y que iba a tenerlo. Él me dijo que me apoyaría, pero que me lo pensase tranquilamente, iba a ser difícil. me hizo prometerle que no iba a dejar de estudiar.

Ahora faltaba darle la noticia a mis suegros. Unos pocos días después de decírselo a mi padre tuve mi primera cita con la matrona, por fin me habían dado mi Cartilla del Embarazo ¡me hizo tanta ilusión! Tras la cita, fuimos mi novio y yo a su casa. Al ser por la mañana y no estar en el instituto mi suegra se extrañó de verme en su casa, y me pregunto si estaba enferma o algo. Mi novio le dio la cartilla del embarazo. Ella la miró, y lo miró a él, no entendía nada...Le dijo que estaba embarazada. Fue una sorpresa, aunque dijo que ya se olía algo (había dejado de fumar, en Navidades no probé ni gota de alcohol, mi visita inesperada a urgencias de la que mi novio no supo dar una buena excusa...). Nos apoyó desde el primer momento, y dijo que para lo que quisiera ella estaría ahí. A día de hoy no ha fallado a su palabra.

A mi suegro se lo dijo ella, nos ahorró otro mal trago a nosotros. Decírselo a mis amigas y conocidas no fue complicado, ellas me apoyaron. A día de hoy no conservo amistad con las que dos "mejores amigas" que tenía entonces, pasó algo que me ayudó a abrir los ojos y a darme cuenta de lo que realmente eran. Ya lo contaré más adelante.

A la gente del instituto no lo dije hasta que no estaba de 4 meses o más. Entonces no lo dije directamente, pero tampoco lo ocultaba y llega un momento en el que el embarazo era más que evidente. La voz se fue corriendo como la pólvora, ya era la comidilla del instituto. Me criticaron mucho a las espaldas, incluso se inventaron rumores falsos: que si no sabía si iba a tenerlo, que si no era de mi novio... A la cara nadie se atrevió a decirme nada. Los rumores no me afectaban, yo era feliz y eso es lo único que me importaba. Los profesores se portaron genial conmigo, y me facilitaron todo lo que pudieron, les estoy muy agradecida.

Mi familia se enteró de una forma un tanto...peculiar. Un día mi tía llamó a mi casa, habló con mi padre y le dijo que se había quedado embarazada otra vez. Cuál fue la sorpresa de todos cuando mis padres aprovecharon para decirles a todos que yo también estaba embarazada, de 3 meses. Tía y sobrina embarazadas a la vez.


P.D: Quiero dar las gracias a todos los que me leéis. En menos de 24 horas mi blog tiene un montón de visitas. Gracias de verdad. Si queréis hablar conmigo estoy por ask, en la primera entrada os lo dejé. Podéis pedirme que os aclare algo que no haya explicado bien, darme ideas para nuevas entradas, cosas que os gustaría que cambiase o lo que queráis.

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