miércoles, 13 de noviembre de 2013

Sus primeros días de vida.

Una vez nos subieron a la habitación del hospital vino todo el mundo a conocer a la pequeña, se había hecho de rogar y todos estaban deseando verla. Yo di a luz en un hospital público por lo que la habitación era compartida con otra recién estrenada madre. En los horarios de visita estar dentro de la habitación era insufrible... Se ponía hasta arriba de gente, me agobié muchísimo y creo que fue una de las peores cosas del hospital.
Futuras mamis permitidme un consejo: intentad que vayan a veros lo mínimo posible al hospital, o dosificar las visitas, porque como se os presenten todas de golpe o vengan esas visitas que se tiran todo el día... lo vais a pasar mal. Y más si tenéis una familia grande como nosotros.

 
En el hospital se quedaba a dormir con nosotras mi novio, y la primera noche fue la peor de todas. Judith no paraba de llorar, no quería comer, ni dormir, no sé que le pasaba. Supongo que para ella sería un gran cambio pasar de mi útero a ese mundo en el que ahora estaba... Mi novio llevaba desde el domingo sin casi pegar ojo, así que la noche del martes se quedó dormido y no se enteró de nada. Nada de nada. No fue de mucha ayuda. Si juntamos a una mami primeriza inexperta con un bebé recién nacido y llorón podéis imaginar la mezcla explosiva que sale.

Los dos días que pasamos en el hospital fueron buenos aunque  yo estaba deseando poder irme a mi casa. La comida del hospital  era horrible, y eso es lo que peor llevaba. Me recuperé del parto  muy bien, ya que no me tuvieron que dar puntos por fuera. Sólo tenía molestias en la parte donde me pusieron la epidural, pero era normal. Estaba muy cansada...menos mal que Judith, excepto la primera noche, dormía genial. Al día después de nacer pude ponerle los pendientes en el hospital, no se enteró de nada. Ni lloró. En cambio cuando le pusieron su primera vacuna estaba dormida y cuando la pincharon pegó un gritito...pobrecita. No conseguía que se enganchara al pecho bien los primeros días y eso provocó que me salieran grietas en el pezón, hasta que no se me curaron darle de mamar era un suplicio y Judith era bastante comilona.
 
El jueves 26 de agosto al mediodía por fin nos dieron el alta. Cuando llegamos a mi casa mi padre nos recibió en la puerta, estaba muy feliz de tenernos ahí por fin. Mi novio y mi padre montaron la cuna, y cuando Judith la estrenó se veía tan pequeña ahí dentro... En esos primeros días fuimos a hacerle la prueba del talón, y por suerte todos los resultados salieron bien. Recuerdo que cuando tuvimos que ir al Centro de Salud para hacérsela había una enfermera, la que me hizo un test de embarazo y me dio negativo. Al verme 8 meses después aún se acordaba de mi.

- ¿Tú eras la que vino con su madre que te dio el test de embarazo negativo aquí?
- Sí, fui yo. Pero mira el "negativo" que tenía (señalo a Judith).

No se lo podía creer...jajaja. El primer mes como mamá estuvo muy bien pero las primeras semanas tras el parto me pasaba el día llorando por TODO. Las hormonas me jugaron una mala pasada. La pequeña dormía como una campeona y comía genial. Aunque no os voy a negar que fue duro. Antes de tener un hijo propio tienes la maternidad muy idealizada, demasiado. Y aunque tener un hijo es precioso, una de las mejores cosas que pueden pasarnos, también es duro. Sobretodo los primeros meses.

Tuvimos que arreglar todo el papeleo de después de nacer, y eso fue un poco estresante. A primeros de septiembre empecé a sacarme leche para ir congelando...el día 27 empezaba mi vida universitaria. 


Aquí nos vemos.


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